domingo, 6 de diciembre de 2009

"Hombres fuertes" de las campañas analizan lo que está en juego en la elección presidencial

"Hombres fuertes" de las campañas analizan lo que está en juego en la elección presidencial


Max Marambio: Un cambio irreversible

La votación del próximo domingo decidirá el cambio irreversible de la adhesión ciudadana a las alianzas políticas, tal como la conocemos hoy. Por cualquiera de los cuatro aspirantes que se vote, el efecto último será la modificación de los dos grandes ethos culturales tradicionales, izquierda y derecha, a un nuevo paradigma: las fuerzas conservadoras y las progresistas. Ese día decidiremos el tipo de liderazgo que nos conducirá en el Chile del Bicentenario.

El sector conservador aparecerá tras esta elección ensanchado y liberalizado por la necesidad que, como se sabe, tiene cara de hereje, de sintonizar con un electorado cada vez menos disponible a aceptar dogmas. Y en el terreno de lo que tradicionalmente fue la izquierda, una rebelión a las ataduras culturales como expresión de virtud, que fue la marca registrada y esgrimida y usada para convocar electores y militantes.

Ahora, los conservadores mantienen atada la lógica de que cada voto a su candidato, Sebastián Piñera, significa una manifestación de apoyo a su sector.

En el mundo progresista, no todos los votos a cada uno de los tres candidatos de este universo fortalecerá el progresismo ni su futuro. Esto es especialmente dramático en los votantes de Arrate, que animados, sin duda, por convicciones sin correlato de utilidad, favorecen a Frei, porque, dada la lógica común de todas las encuestas conocidas, si llegara a pasar a segunda vuelta, pierde ante Piñera.

Por tanto, sólo Enríquez-Ominami, que según todas las encuestas es el más competitivo, puede derrotarlo. Y aunque el Chile del futuro seguirá manteniendo dos almas culturales y políticas, ambas tendrán una crecida frontera variable de gente sin miedo y ansiosa de cambio, que endosarán su voto sin las premisas excluyentes de la vieja política.

Buenos y malos, infierno y paraíso, son extremos que estarán superados por la lógica de una realidad de aciertos o errores en una sociedad cada vez más compleja, con ciudadanos que rechazan el blanco y negro como forma de ver, discrepar y resolver los grandes problemas que debemos enfrentar en el Chile de hoy y de mañana.

Esteban Silva: La izquierda y la campaña

Tan pronto se cuente el último voto este 13 de diciembre, sea que Jorge Arrate pase a segunda vuelta o no, miles de chilenos iniciaremos la constitución de un Frente Amplio de Izquierda, que se reconoce en las tradiciones de las luchas del pueblo chileno y que asume el desafío de transformar el Chile del siglo XXI.

A pesar del pensamiento conservador hegemónico y de la invisibilidad mediática, Arrate logró perforar la apatía y consiguió respeto por las ideas en que el interés colectivo debiera imponerse sobre el interés privado.

Arrate retomó el legado de Salvador Allende. Instaló la necesidad de enfrentar las causas que generan la desigualdad. Terminar con la exclusión, renacionalizar nuestro cobre y una Asamblea Constituyente para una nueva constitución, rechazando el poder del dinero en la política.

Arrate fue capaz de derrotar a aquellos que desean y trabajan para que nuestras ideas no se reproduzcan y adquieran adhesión ciudadana.

Con propuestas concretas y en base del respeto de quienes viven de su trabajo y salario, para los jóvenes y las minorías, Arrate demostró que se puede forjar una política capaz de enfrentar y de poner término a la voracidad de quienes los consumen y expolian.

Miles de ciudadanos están conscientes que votar por Arrate es un voto de futuro y de incidencia política real. Nada bueno espera a Chile si la derecha triunfa, si la Concertación en crisis no cambia. Si la desigualdad se profundiza y la crisis de representación no termina con el binominal.

Con Arrate, el Juntos Podemos/Frente Amplio finaliza esta campaña con el suficiente arsenal de ideas y credibilidad como para que esta elección se transforme en un hito, en un punto de partida, en el impulso de un nuevo camino para construir una nueva hegemonía cultural, social y política en la sociedad.

Rodrigo Hinzpeter: Preguntas previas antes de la elección

Quedan pocos días para la elección presidencial y se comienzan a acallar las campañas. Llegará el día en que la única voz que hable sea la de los electores, y por ello adquiere mucha validez plantearse preguntas a partir de cuyas respuestas cada ciudadano conduzca su proceso de reflexión electoral.

Una primera alternativa es aproximarse desde la perspectiva de las coaliciones que apoyan a los candidatos. En ese sentido, me parece interesante preguntarse si queremos que continúe gobernando la Concertación, que lleva haciéndolo 20 años y que a todas luces no tiene la mística ni la creatividad ni la cohesión humana que exhibía a comienzos de la década pasada; o, que asuma el gobierno una coalición nueva, amplia, diversa, que evidentemente dará lo mejor de sí para mostrar que puede realizar un gobierno de excelencia.

Otra aproximación puede provenir de someter a prueba las propuestas, programa de gobierno y sus equipos. Preguntarnos así, a qué candidatura asignamos mayor preparación, profesionalismo y confianza para ejecutar las políticas públicas y resolver los "pendientes" de nuestra sociedad.

Finalmente, se puede reflexionar desde la óptica de las capacidades que atribuimos a los distintos candidatos, y preguntarnos en quiénes de ellos confiamos más para resolver los problemas de desempleo, delincuencia, educación y salud, por nombrar aquellos que aparecen en todos los sondeos de opinión pública como los más relevantes.

Las tres aproximaciones anteriores son legítimas y no excluyentes. Creo sinceramente que si cada elector se hace esas preguntas y las responde "a corazón abierto", concluirá que ha llegado el tiempo en que un gobierno de la Coalición por el Cambio es necesario y bueno para Chile.

Jorge Pizarro: Continuidad y profundización, no retroceso

En los próximos días, los chilenos nos pronunciaremos sobre diversas opciones de gobierno. Sobre estrategias de desarrollo, prioridades en materia de políticas públicas y maneras de enfrentar las carencias que afectan a sectores vulnerables de la población.

Por la importancia de estas decisiones, es evidente que no da lo mismo el resultado de los comicios del 13 de diciembre.

La apuesta de la Concertación, desde que recuperamos la democracia, ha sido conquistar libertades políticas y promover equidad social.

Hoy, la tarea que el candidato Eduardo Frei nos propone es la continuidad de aquello que hemos hecho bien y la corrección urgente de lo que requiere transformaciones, incorporando una nueva generación de chilenos a los asuntos públicos. Se trata de gestar una nueva Constitución y articular un Estado más dinámico.

Frei representa genuinamente el espíritu de la protección social que ha impulsado la Presidenta Bachelet. No un salto a lo desconocido. Para Frei, continuidad es sinónimo de profundización de los cambios a favor de una nación justa y solidaria.

La candidatura de la Alianza también nos plantea un cambio. Aunque hoy publicitariamente escondido tras la estética de la Concertación, es el proyecto de siempre de la derecha: el clásico -y fracasado- modelo liberal en lo económico, autoritario en lo político y conservador en lo moral.

Por eso que la decisión en estas elecciones es simple pero importante. Continuar o retroceder.

FUENTE: emol
Saludos,
 
RODRIGO  GONZALEZ  FERNANDEZ
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