Realmente la UDI se encuentra en un momento complejo. Aunque es unánime su deseo de llevar el 2009 un candidato de sus filas a La Moneda, después de casi 10 años de supremacía presidencial de la mano de Joaquín Lavín, en el gremialismo saben que no tienen un nombre que dispute en las encuestas al empresario RN Sebastián Piñera, quien esta semana irrumpió en el escenario político al ser "ungido" desde el propio Gobierno como "el" líder de la oposición. Esperar hasta abril del próximo año para tomar una decisión, tal como reza el itinerario gremialista definido en su último Consejo General, es una forma elegante de estirar el elástico para no cederle a priori, casi gratuitamente, a Piñera el título de abanderado único. En el fondo les gustaría que se cumpla aquella frase política que sentencia que "no hay candidatos patentados", menos a un año y medio de la elección, historia que la UDI conoce muy bien. Más allá de su mediática operación a los párpados, esta fue una muy buena semana para Piñera, porque sus bonos presidenciables subieron como espuma. Finalmente logró doblarle la mano al "bacheletismo-aliancista" de Lavín, que lo mantenía neutralizado, al hacerse pública la reunión que en su casa protagonizó con el jefe de gabinete, Edmundo Pérez Yoma, y el ministro de Hacienda, Andrés Velasco, para zanjar el acuerdo que aseguró en el Congreso la inyección de recursos al Fondo de Estabilización de Precios del Combustible y "conversar" sobre la Ley General de Educación. Obviamente, la cita sacó ronchas en la UDI, como reconocen. Hasta hace poco, La Moneda cerraba los negocios políticos relevantes con ellos, especialmente aquellos que tenían aroma a necesario consenso. Pero sobre todo, afirman, porque el estilo poco delicado de Piñera para proceder políticamente deja mucho que desear a ojos de sus socios. Les irritó que hablara a nombre de la Alianza, del gremialismo, sin avisarles, sin ser oficialmente el candidato del sector. Eso se dijo públicamente, se le hizo presente al propio empresario: la molestia por su forma de actuar, aunque en el fondo, para muchos en la UDI, el tema es que Piñera siempre termina dividiendo a la derecha. Le critican que no se ha preocupado en lo más mínimo de cultivar un "piñerismo" en las filas de la UDI, que les allane la decisión que deben tomar, como en su momento lo hizo estratégicamente Lavín en 1999, que se abocó a cautivar rostros importantes de RN, como Andrés Allamand. Al contrario, reconocen históricos del gremialismo, cada acción suya genera tensión: "Seamos honestos, Piñera no ha hecho nada por conquistar a la UDI. Incluso, Pablo Longueira le ha mandado mensajes directos en este sentido". En RN se encogen de hombros y reconocen que el empresario no se preocupa de tratar bien al gremialismo. "No es cuidadoso, podría ser más educado en sus formas y evitar tensionar las relaciones de la Alianza, pero es difícil que vaya a cambiar", confiesan varios parlamentarios RN, por lo que apuestan a que la fructífera sociedad que han encabezado los timoneles de la Alianza, Hernán Larraín y Carlos Larraín, para fortalecer las relaciones entre ambos partidos, como la acción coordinada de sus bancadas parlamentarias, permita ir limando la estela de asperezas que deja a su paso el presidenciable. LA TENTACIÓN DE CEDER Pero la "soberbia" que le reclaman a Piñera es el menor de los problemas que tienen en la UDI. Sin un nombre con que disputarle realmente la candidatura presidencial, advierten que no se trata de levantar una candidatura que no supere el 5% de las encuestas y que termine perjudicando, incluso, los resultados parlamentarios del próximo año. Longueira no está dispuesto para esta vuelta, y si bien Lavín, cual boy scout, podría estarlo de ser necesario, afirman que son muchos los factores que se tienen que conjugar para que el ex edil se vista nuevamente de presidenciable. Ante este escenario surgen dos visiones en el gremialismo. No son pocos a nivel parlamentario que ya asumen que no pueden "buscar un candidato debajo de las piedras", y que el peso de los hechos los está conduciendo a un camino inevitable: Piñera. Plantean que el partido no puede presionar en exceso, y al no contar con una carta convincente, reconocen, lo mejor para el futuro de la derecha es hacerse desde ya la idea de entregarle la candidatura única. Suman como argumentos que la UDI se tiene que acostumbrar a que no siempre el candidato presidencial sea de sus filas, que el proyecto político tiene que ser superior a la opción de un presidenciable para asegurar la mística de la colectividad y que, por tanto, deben concentrarse en objetivos como mantener la condición de partido mayoritario de la Alianza y del país. EL TEMOR A LAGOS En RN aseguran que varios dirigentes y parlamentarios del gremialismo les han dado señales que dejarán de resistirse a la "fuerza centrífuga" que generará Piñera por el hecho de contar con sólidas opciones para ganar en 2009, posibilidades que sólo se complican añaden si se enfrenta a solas en un cara a cara con el ex Presidente Ricardo Lagos. Sacan a colación que en 1999 el escenario era a la inversa: Lavín tenía todo a su favor y Piñera no dilató las cosas, bajó rápidamente su candidatura y el partido se plegó lealmente a su campaña. RESULTADOS MUNICIPALES La segunda visión es más tajante y asegura que la UDI llevará candidato en 2009 sí o sí. Incluso, afirman, la disputa interna por la conducción gremialista entre Juan Antonio Coloma y José Antonio Kast, no varía esta postura, ya que ambos han planteado la importancia que tiene para el partido contar con una carta presidencial propia el próximo año. Pero esa premisa está matizada por una serie de hechos que, en la práctica, tienen que conjugarse para que se convierta en realidad, y es ahí donde entra en juego la capacidad de estirar el elástico. Las elecciones municipales son un factor clave que la UDI está esperando, aseguran, ya que el resultado que obtenga la Alianza la noche del 26 de octubre determinará la consolidación o debilitamiento del liderazgo de Piñera. La imagen del empresario RN será relevante en las campañas de concejales y alcaldes de la derecha, pero eso implica para bien o para mal que parte de la responsabilidad del resultado que obtengan esa noche se le endosará a él. Ya han circulado públicamente cálculos municipales poco optimistas para el sector: el riesgo de perder alcaldías clave como La Florida, Santiago y Estación Central; proyecciones pesimistas apuntan a una baja del 37,68% de votos que tiene el conglomerado y que quede mermado en casi 20 cupos su actual staff de 104 alcaldes. Por ello, no es gratuito que se saque a colación el recuerdo de los comicios municipales de 2004, porque dichos cómputos que fueron favorables a la Concertación y un espaldarazo a la entonces administración Lagos dieron una estocada letal a la imbatible opción presidencial que durante cuatro años disfrutó Lavín. De ahí se sustenta la advertencia gremialista de que no existe candidato patentado, menos con tanta anticipación, pese a la buena racha que hoy goza Piñera. Otros factores a considerar, igual de relevantes, son cómo resolverá la Concertación su propia encrucijada presidencial y quién será su candidato (el nombre de Lagos es el que ven con mayor seguridad). También esperarán a ver qué sucede con las fuerzas políticas colaterales, especialmente el Partido Regional Independiente (PRI), encabezado por Adolfo Zaldívar. En la UDI afirman que si el "colorín" se lanza a la carrera presidencial, obliga a la DC inevitablemente a llevar un abanderado, lo que abre la opción a una carrera a más de dos bandas, por lo que el gremialismo no podrá restarse de la primaria en que se convertiría la primera vuelta. Si ninguno de los elementos de este puzzle presidencial se resuelve a favor de la UDI e inevitablemente el elástico se les termina cortando en las manos, porque la presidencial 2009 se convierte en la oportunidad que Piñera ha esperado por años, los gremialistas afirman que primará el objetivo político de evitar un quinto Gobierno de la Concertación, y por más ronchas que les saque, no les quedará otra que sonreírle al inversionista y dueño de Chilevisión. LND |