(Diario Financiero)Durante las once horas que duró el vuelo entre Los Cabos, México, y Rio de Janeiro, Brasil, el presidente Sebastián Piñera, junto al canciller Alfredo Moreno, lideró una "minicumbre" económica. A más de nueve mil metros de altura, el mandatario convocó a cuatro personeros de alto nivel que actualmente dirigen los principales organismos multilaterales económicos del mundo: el director general de la Organización Mundial de Comercio (OMC), Pascal Lamy; el secretario general de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), Ángel Gurría, el saliente director general de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el chileno Juan Somavía y el presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Luis Alberto Moreno. Todos abordaron el avión presidencial tras participar en la Cumbre del G20, para asistir a la Cumbre de Rio+20 en Brasil. En el despacho privado del mandatario y en un ambiente más bien distendido, conversaron y repasaron la crisis financiera en Europa. Ajenos a toda la formalidad de una cumbre, los personeros analizaron el origen del conflicto, las elecciones en Grecia, las posibilidades de contagio a otros países, las posibles soluciones y las dificultades que ven en sus ámbitos. Hubo espacio también para destacar el modelo económico chileno, que fue ampliamente alabado por los asistentes, comparándolo con la situación adversa que se vive en especialmente en la zona euro.
"El empleo en el mundo entero está con problemas"
Una vez que el avión presidencial aterrizó en la base área de Galeao, en Rio de Janeiro, Pascal Lamy, afirmó que el encuentro fue "muy interesante, muy conveniente y muy amigable". Juan Somavía, quien dejará su cargo en la OIT en septiembre, subrayó que "obviamente abordamos lo preocupante que está la situación en Europa, hablamos de América Latina, que mal que mal lo está sacando mejor, pero que inevitablemente se verá afectada con lo que sucede en Europa". Respecto de cómo la crisis podría afectar a Chile y particularmente al empleo, Somavía sostuvo que "el empleo en el mundo entero está con problemas. Los países emergentes de Asia y América Latina han salido más rápido de la crisis, resolviéndolo mejor que los países desarrollados pero con la situación europea vamos a tener que ver qué pasa". "Desarrollo amistoso con el medio ambiente"
Ya en la sesión plenaria, el presidente subrayó la necesidad que el desarrollo sea más amistoso con el medio ambiente. "La protección del medio ambiente no compite con el desarrollo económico (…) nuestro país se ha tomado muy en serio el desafío del desarrollo sustentable", aseveró. Agregó que se están "enfrentando los desafíos del agua y de la energía con estrategias nacionales, para evitar que estos elementos fundamentales se transformen en barreras o frenos a este desarrollo sustentable", recordando que "hace pocos días ratificamos la convención que va por primera vez a establecer un Gobierno y un ordenamiento de los recursos pesqueros de alta mar en el Pacífico Sur". Esta cumbre ha sido considerada una oportunidad histórica para impulsar un acuerdo mundial que frene la degradación ambiental del planeta y combata la pobreza. Son un total de 86 jefes de Estado y de Gobierno quienes participan en el encuentro que se extenderá hasta mañana. Desde la Cumbre de la Tierra "el progreso ha sido demasiado lento. Ahora tenemos una segunda oportunidad. Estoy satisfecho de que las negociaciones han llegado a una conclusión satisfactoria (...) Un histórico acuerdo está al alcance", dijo el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, durante la inauguración del encuentro que busca aprobar un documento que ya recibió la luz verde de todas las delegaciones el martes pasado, tras meses de intensas negociaciones. Según trascendió, no todos quedaron conformes con el texto, que adopta el concepto de "economía verde", fortalece el Programa de la ONU sobre Medio Ambiente, y lanza "Objetivos de Desarrollo Sostenible" que comprometerán a los países con metas sociales y ambientales y sustituirán los Objetivos de Desarrollo del Milenio de la ONU, que expiran en 2015. El acuerdo sobre el texto final debería ser aprobado por los líderes mañana dejando atrás la sombra de la cumbre de Copenhague de 2009, cuando la reunión fracasó.
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