Sin hacer un gesto especial, la Presidenta Michelle Bachelet se bajó del estrado del Salón de Honor del ex Congreso tras concluir sus palabras en el acto que conmemoró a las Iglesias Evangélicas. En la primera fila, a su mano derecha, un sonriente Sebastián Piñera parecía querer saludarla. Pero la Presidenta enfiló por la alfombra sin detenerse. Algo similar había ocurrido en la entrada del recinto y luego durante la ceremonia, durante la cual la Mandataria se mantuvo concentrada en la celebración.
El episodio de ayer contrastó fuertemente con el trato que Bachelet ha tenido con el ex alcalde de Santiago, Joaquín Lavín, a quien le ha brindado incluso reconocimientos públicos, y también a la esposa de éste, Estela León. Además, puso en relieve la tensión que se ha instalado entre la Jefa de Estado y el empresario de Lan, tras las múltiples críticas de este último al tipo de liderazgo de Bachelet.
A la salida, Bachelet se subió rápidamente al automóvil presidencial, mientras Piñera señalaba que más allá de las diferencias, a él le hubiera gustado intercambiar unas palabras con ella. "Hubiese preferido que la Presidenta me saludara. Yo la habría saludado con mucho cariño", dijo. Y agregó que "más allá de las diferencias que pueda haber en materia política, que son legítimas y parte de una sociedad libre y democrática, creo que siempre tiene que haber buenas relaciones. Yo siempre voy a respetar y saludar a la Presidenta de Chile".
Libertades
Con el Día de las Iglesias Evangélicas como marco, la Mandataria afirmó que se debía hacer efectivo el respeto a las libertades individuales. Esa declaración se entendió en un doble sentido: por un lado, desde el punto de vista de la fe, y por otro como una alusión directa a la polémica instalada por la distribución de la píldora del día después (ver página 19). Este tema fue abordado por el Papa Benedicto XVI durante la semana.
"En estos días se discute sobre los márgenes de la libertad individual y el bien común que a todos nos obligan. Me parece que en democracia no hay contradicción entre ambas cosas, porque el deber del Estado es poner a disposición de las personas las alternativas valóricas, culturales, educacionales, políticas y sanitarias", señaló.
Enfatizó que "mi obligación y convencimiento como Presidenta es garantizar que estas normas y principios se cumplan rigurosamente para que el ejercicio de la libertad individual sea efectivo".
A renglón seguido, la Jefa de Estado sostuvo que en Chile "nadie puede ni debe ser violentado en su conciencia, en ningún aspecto en la vida", al paso que agregó que son las personas las que deciden y no el Estado. "A nadie se le puede imponer algo, lo importante es que las alternativas concordadas en democracia estén a disposición de todos para que puedan efectivamente elegir", esgrimió.
Siguiendo en esta línea, afirmó que "la fe no se impone ni se persigue. La fe, así como las convicciones éticas y humanistas se respetan y se hacen respetar. Así sucede en un país libre y Chile es y seguirá siendo un país libre, tolerante y democrático".
En otro plano la Mandataria recordó que la Oficina Nacional de Asuntos Religiosos, que depende del Ejecutivo, comenzó a funcionar la semana pasada. Además, Bachelet confirmó que en las Fuerzas Armadas habrá representantes religiosos evangélicos para quienes sigan este culto y que esa medida está siendo analizada por la Contraloría.
En la cita del ex Congreso había cerca de un centenar de pastores, encabezados por el obispo Emiliano Soto, cuyo discurso enfatizó la necesidad de avanzar hacia una mayor igualdad entre los credos, más considerando, dijo, que en la actualidad los evangélicos son cerca de un 15% de la población nacional.
Sobre este último tema también fue consultado el abanderado de RN, quien aprovechó el escenario para declararse partidario de la igualdad de culto. "Pienso que en esta materia el Estado tiene que no sólo respetar la libertad de conciencia, sino también hacerla respetar. Yo soy un absoluto partidario de defender siempre la vida y la libertad de conciencia de los chilenos", dijo. Respecto del tema de la píldora del día después, Piñera dio una repuesta políticamente correcta: "Cada chileno adulto tiene que tomar sus propias decisiones, pero también hay que respetar la vida y yo nunca voy a ser partidario del aborto. La vida es un don de Dios, Dios la da y Dios la quita", indicó. LN
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