Tras la Polar: avalaron la "corrupcion empresarial"
abril de 2012 será un mes clave para la industria, cuando deban ser renovados sus contratos en juntas de accionistas
Auditoras temen remezón tras el caso La Polar y despliegan plan para retener grandes clientes
Aumentar personal senior, reuniones con la SVS y con clientes son parte de las estrategias que están usando de cara al próximo año.
J.Catrón/J.M.Duarte/ D.Morchio
DF
De que que el caso La Polar fue un terremoto para el mercado y la confianza que éste depositaba en sus agentes, no cabe duda. Sin embargo, hay una industria que sigilosamente ha comenzado a rearmarse para enfrentar lo que el próximo año podría ser un momento decisivo: el de las auditoras.
Esto debido a que en abril próximo, cuando se realicen las juntas de accionistas, se deberán jugar todas sus fichas para no perder clientes y, muy por el contrario, tratar de captar más empresas bajo las nuevas reglas del juego que la Superintendencia de Valores y Seguros planea instaurar. De hecho, se espera que en las próximas juntas de accionistas las AFP (en su rol de accionistas minoritarios) tengan mayor éxito en su demanda permanente de rotación de auditoras en las empresas.
El escenario puede volverse complejo, porque los directores de empresas -más conscientes de su rol tras el escándalo- está viendo con mayor rigor la tarea que realizan estas fiemas.
De hecho, según admiten desde una auditora, si antes era habitual que los directorios dedicaran diez minutos a la exposición del auditor, tema que se consideraba más bien de rutina; ahora lo normal es que este tipo de conversaciones tome hasta 30 minutos, incluyendo preguntas muy específicas y solicitudes concretas.
Incluso, ahora hay directores que llaman a las auditoras para consultar, por ejemplo, por el mapa de control de riesgo y otros aspectos específicos.
Con todo, las auditoras esperan que no exista una rotación excesiva en abril ya que, consideran, para las empresas es también un activo importante el tener una firma que conoce bien sus resultados y forma de operar.
Sin embargo, esta aspiración deberá enfrentarse con los costos reputacionales que podrían derivarse del caso en las próximas semanas. Y es que, reconoce un director nominado por las AFP, es un hecho que la política de mantener al auditor por cinco o siete años va a cambiar tras el caso Las Polar.
Nueva estrategia
Por ello, que desde hace un tiempo, tanto los socios de las llamadas "Big Four" (Deloitte, PWC, Ernst&Young y KPMG, quienes declinaron entregar sus visiones en este tema) y los de actores locales más pequeños han delineado una estrategia de posicionamiento para fortalecer los vínculos con los clientes con el fin de fidelizarlos.
Así, han aumentado sus visitas a terreno, han contratado personal considerado "senior" -con el mayor costo financieo que ello implica- y están ofreciendo un pack de servicios con mayor valor agregado.
Este no sólo incluye aquellos básicos (como el área tributaria, de resultados, entre otros), sino también el poner a disposición del cliente personal más calificado. Y además, los socios de las auditoras han adoptado un rol más activo y en terreno con las empresas.
El terreno, sin embargo, es estrecho. Es que la ley impide que una auditora, además de la revisión de los estados financieros, preste servicios de auditorías internas, desarrollo de servicios contables, teneduría de libros y asesoría financiera a la misma empresa. Y además, se exige que los ingresos mensuales que provengan de un mismo cliente no excedan al 15% del ingreso total de la auditora.
De que que el caso La Polar fue un terremoto para el mercado y la confianza que éste depositaba en sus agentes, no cabe duda. Sin embargo, hay una industria que sigilosamente ha comenzado a rearmarse para enfrentar lo que el próximo año podría ser un momento decisivo: el de las auditoras.
Esto debido a que en abril próximo, cuando se realicen las juntas de accionistas, se deberán jugar todas sus fichas para no perder clientes y, muy por el contrario, tratar de captar más empresas bajo las nuevas reglas del juego que la Superintendencia de Valores y Seguros planea instaurar. De hecho, se espera que en las próximas juntas de accionistas las AFP (en su rol de accionistas minoritarios) tengan mayor éxito en su demanda permanente de rotación de auditoras en las empresas.
El escenario puede volverse complejo, porque los directores de empresas -más conscientes de su rol tras el escándalo- está viendo con mayor rigor la tarea que realizan estas fiemas.
De hecho, según admiten desde una auditora, si antes era habitual que los directorios dedicaran diez minutos a la exposición del auditor, tema que se consideraba más bien de rutina; ahora lo normal es que este tipo de conversaciones tome hasta 30 minutos, incluyendo preguntas muy específicas y solicitudes concretas.
Incluso, ahora hay directores que llaman a las auditoras para consultar, por ejemplo, por el mapa de control de riesgo y otros aspectos específicos.
Con todo, las auditoras esperan que no exista una rotación excesiva en abril ya que, consideran, para las empresas es también un activo importante el tener una firma que conoce bien sus resultados y forma de operar.
Sin embargo, esta aspiración deberá enfrentarse con los costos reputacionales que podrían derivarse del caso en las próximas semanas. Y es que, reconoce un director nominado por las AFP, es un hecho que la política de mantener al auditor por cinco o siete años va a cambiar tras el caso Las Polar.
Nueva estrategia
Por ello, que desde hace un tiempo, tanto los socios de las llamadas "Big Four" (Deloitte, PWC, Ernst&Young y KPMG, quienes declinaron entregar sus visiones en este tema) y los de actores locales más pequeños han delineado una estrategia de posicionamiento para fortalecer los vínculos con los clientes con el fin de fidelizarlos.
Así, han aumentado sus visitas a terreno, han contratado personal considerado "senior" -con el mayor costo financieo que ello implica- y están ofreciendo un pack de servicios con mayor valor agregado.
Este no sólo incluye aquellos básicos (como el área tributaria, de resultados, entre otros), sino también el poner a disposición del cliente personal más calificado. Y además, los socios de las auditoras han adoptado un rol más activo y en terreno con las empresas.
El terreno, sin embargo, es estrecho. Es que la ley impide que una auditora, además de la revisión de los estados financieros, preste servicios de auditorías internas, desarrollo de servicios contables, teneduría de libros y asesoría financiera a la misma empresa. Y además, se exige que los ingresos mensuales que provengan de un mismo cliente no excedan al 15% del ingreso total de la auditora.
Fuente:
Saludos
Rodrigo González Fernández
Diplomado en "Responsabilidad Social Empresarial" de la ONU
Diplomado en "Gestión del Conocimiento" de la ONU
Diplomado en Gerencia en Administracion Publica ONU
Diplomado en Coaching Ejecutivo ONU(
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