Gabriel Pardo
"Mi bloc, dónde está mi bloc", dice mirando hacia todos lados el senador RN Andrés Allamand (54, abogado).
Una vez que lo encuentra junto a su mochila negra -¿algún político seguirá usando maletín?- y sobre el sofá que está a la entrada de su departamento, se sienta, mira sus notas, se quita la corbata, toma un sorbo de coca-cola light y dice que está listo para comenzar la entrevista.
-Recientemente el ministro del Interior, Rodrigo Hinzpeter, expuso su tesis sobre la nueva derecha, más "democrática y social", capaz de dejar atrás mitos...
-Siempre he sido partidario del debate de ideas. Pero a mí el concepto de nueva derecha no me gusta. Creo que es un concepto excluyente. Achica, en vez de agrandar, la adhesión al gobierno. Y por lo tanto dificulta su proyección en el tiempo.
-¿Por qué?
-Desde mi punto de vista, la tesis del ministro Hinzpeter es un retroceso, una vuelta atrás. Porque sacrifica la amplitud de la Coalición por el Cambio, que es una de las razones por las que se ganó la última elección presidencial. Ganamos la última elección precisamente porque fuimos más allá de la derecha. Personas como Fernando Flores, Adolfo Zaldívar y Jaime Ravinet, por mencionar sólo a tres, quienes tuvieron un pasado importante en la Concertación, jamás se van a identificar ni con una antigua ni con una nueva derecha.
-¿Y el concepto no le parece interesante como idea de renovación?
-Creo que es un concepto equívoco. Porque da la impresión de que esta centroderecha nació el 11 de marzo de 2010, en circunstancias de que es el resultado directo de la acción de los partidos políticos que la conforman y de su voluntad de amplitud, cuyo trabajo se realizó durante los últimos 20 años. Así que los términos en los que fue enunciado el concepto desconoce el aporte de RN y la UDI, y también de aquellas personas que trabajaron para que se llegara a un gobierno de Sebastián Piñera.
-El ministro también planteó que la nueva derecha da prioridad a temas como los derechos humanos, el medioambiente, conciliar crecimiento con justicia social, etc.
-Ese es otro error de la expresión utilizada por el ministro del Interior. RN tiene una larga tradición desde sus inicios en el compromiso con la democracia, los derechos humanos y el medioambiente. Al mismo tiempo, creo que la UDI ha hecho un aporte muy significativo por el mundo popular. Lo que quiero decir es que ambos partidos -y muchos independientes que se han sentido cerca de ellos- han hecho contribuciones en esas materias por largo tiempo.
-Entonces, ¿qué diría que distingue a la centroderecha chilena?
-Lo que la distingue, y en esto coincido con el senador Longueira, es que en los últimos 20 años fuimos capaces, de alguna manera rompiendo con la propia historia de nuestro sector, de reconstituir partidos políticos institucionalizados, con una acción permanente en el tiempo. Eso distingue a la centroderecha chilena frente a las de otros países, que muchas veces se estructuran en base a figuras personalistas.
-Sin ir más lejos, el último gobierno de la derecha fue el de Jorge Alessandri, gobierno que ninguneó a los partidos, lo que generó que al final de ese gobierno la derecha no fuera capaz de levantar un candidato presidencial y que en la elección parlamentaria siguiente virtualmente desapareciera. En consecuencia, yo rescato hoy como un valor muy importante su carácter institucional, alejado de los personalismos.
-¿Pero no es cierto acaso que, como dijo el ministro, la elección se ganó con "las estructuras de la vieja derecha"?
-Esa es una nueva reafirmación del carácter excluyente del concepto. Al revés del ministro Hinzpeter, estoy tremendamente agradecido de haber podido participar 20 años de esas estructuras, que son las que le permitieron el triunfo al Presidente Piñera.
-¿Y, a su juicio, cuál es la centroderecha que debería surgir hoy?
-Yo estoy por una centroderecha amplia, abierta y no excluyente, que valore el mérito de aquellos que han trabajado durante mucho tiempo y que se abra a otros sectores. Por eso soy uno de los que respalda el avance de la Coalición por el Cambio, incorporando más personas e ideas que han surgido en el último tiempo.
-¿Está apareciendo una derecha más pragmática? ¿Hay un vuelco en ese sentido?
-Creo que la centroderecha siempre ha sido pragmática y, muchas veces, yo he echado de menos lo contrario. Es decir, una mayor proyección programática y una preocupación por las ideas y elaboración de los proyectos políticos. Pero no hay duda de que así como le ocurrió a la Concertación, el ejercicio del poder obliga al pragmatismo. El mejor ejemplo es el tema de los impuestos con motivo del terremoto.
-¿Por qué?
-En ese tema me parece que el Presidente estuvo bien. Si no hubiese habido terremoto no habría alza de impuestos, pero se requería una mayor recaudación fiscal.
Carrera presidencial: "La popularidad de Golborne es muy merecida"
-¿Que empiece a surgir la carrera presidencial en el primer año de gobierno es positivo o negativo?
-Siempre he sido partidario de que el tema presidencial sea abordado hacia el final del gobierno y no en esta etapa inicial. Pero tampoco hay que ser ciego ni intentar tapar el sol con un dedo. Aquí se ha adelantado objetivamente la carrera presidencial.
-¿Y eso tiene algo de malo?
-Lo que me preocupa es que a través de los medios de prensa aparezcan rivalidades entre quienes son los ministros del actual gobierno. En cualquier caso, creo que el remedio no es discutir si la carrera se anticipó o no se anticipó, ni cómo frenarla o no frenarla.
-¿Entonces?
-El camino va por establecer durante 2011 las reglas del juego -tanto para el país como para las coaliciones- para resolver los temas de la sucesión presidencial. Es por eso que he impulsado -y tengo el mandato de RN- el cumplimiento del programa presidencial en materia de primarias.
-Pero las primarias, ¿qué tienen que ver con el adelantamiento de la carrera presidencial?
-Yo creo que mientras las reglas del juego no están definidas hay más incentivos para que la carrera presidencial se adelante. Si se establecen reglas conocidas e iguales para todos, es más fácil encauzar el problema.
-El senador de su partido Alberto Espina dijo que los ministros que quieran ser candidatos presidenciales deberían pensar en dejar el gabinete.
-No estoy de acuerdo con el planteamiento de Espina. Él dice que las figuras con proyección presidencial deberían dejar el gabinete, y es al revés. A mí lo que me gustaría es que se continuaran proyectando con la mayor fuerza posible. Lo que me parece inconveniente es que surjan rivalidades cuya profundidad uno aún no puede apreciar y que eso entrabe la gestión del propio gobierno.
-¿Qué opina de la popularidad de Laurence Golborne postmineros?
-Creo que la popularidad de Golborne es muy merecida. Golborne representa un factor de mérito personal que constituye un aporte a la centroderecha. A él le correspondió abordar una situación particularmente difícil y la realizó exitosamente.
-Pero hay quienes dicen que no tiene la experiencia política necesaria...
-No creo que su popularidad sea producto de ninguna injusticia. Discrepo con la opinión del ministro Hinzpeter, quien dio a entender que ganarse una opción presidencial en la política es mucho más que una sola gestión.
-¿Las críticas de RN a Golborne no hacen más que acercarlo a la UDI?
-Los que siempre creen ver debajo del agua pueden dar esa interpretación. Creo que Golborne es una persona genuinamente independiente. Si él hubiese querido militar en RN o la UDI ya lo habría hecho. Por lo tanto creo que se va a mantener como una persona independiente. Yo no creo que haya que empujar a Golborne ni a otras figuras del gabinete a militar en los partidos.
-Pero si usted defiende la gestión de los partidos, ¿por qué dice que no deberían acercarse a ellos?
-Lo que creo es que ellos deben tener la alternativa para permanecer independientes. Pero lo importante es que se pongan bajo el alero de una coalición amplia que los cobije. Sería absurdo que si con motivo de este gobierno se integró un conjunto de personas al servicio público, al final de este gobierno vuelvan a sus casas. Son personas que han ganado experiencia y notoriedad. Ese es un capital que no se puede dilapidar.
-¿El surgimiento de nuevas figuras independientes podría complicar a otros que son eternos candidatos como Joaquín Lavín?
-El surgimiento de figuras nuevas no perjudica a nadie. Creo que una vez establecido un sistema de primarias abiertas todos van a tener que bajar al ruedo. Habrá ministros que surjan del gabinete, de los partidos, independientes... Por lo demás, Lavín ha sido un aporte a la centroderecha y le viene bien el rol más ejecutivo que tiene ahora.
-¿Y la notoriedad de las figuras del gabinete no perjudica a parlamentarios que eventualmente podrían ser presidenciables como Pablo Longueira o usted mismo?
que espero sea exitosa. Objetivamente hablando, estar en el gobierno es una ventaja.
-Y usted, que defiende las primarias presidenciales, ¿está pensando en postularse?
-Ya me imaginaba que venía esa pregunta... (dice, sonriendo). Yo he resuelto postularme a la reelección en la Región de Los Ríos. Y en cuanto a una eventual candidatura presidencial la voy a resolver después de la elección municipal de 2012.
"Es imposible que los 22 ministros funcionen como reloj suizo"
-Se habla de figuras emergentes en el gabinete y de otras que están más débiles. El Presidente Piñera ¿debería o no hacer cambios de gabinete?
-Aquí la respuesta convencional es repetir majaderamente que 'esa es una atribución del Presidente'. Yo no voy a contestar una tontería como esa. Hay que diferenciar entre los cambios de gabinete y los ajustes de gabinete. Para mí, un cambio de gabinete es cuando se reemplaza al ministro del Interior, de Hacienda, de Relaciones Exteriores o al secretario general de la Presidencia. Eso representaría un cambio en el modelo. Yo creo que no hay razones para cambiar las carteras claves. Pero es razonable que en alguna fecha no demasiado lejana se produzcan ajustes, cambios individuales de piezas que no han funcionado bien. En esto hay que ser realista. ¡Es imposible que los 22 ministros funcionen como un reloj suizo!
-¿Cómo ve el transcurso del gobierno en su primer año?
-Haber logrado la instalación después de 20 años y enfrentar el terremoto al unísono es un gran mérito. En segundo lugar, la recuperación económica. Es cierto que no todo se debe a lo que se ha hecho durante el actual gobierno, pero las señales que se han dado en el sentido del crecimiento, la innovación y el empleo son muy positivas. Y hay algo muy importante en lo que todavía no se ha reparado: Este va a ser, en los hechos, un gobierno mucho más ciudadano que el de Bachelet. Lo que se está haciendo en materia de Sernac financiero, de terminar con cláusulas abusivas, de la inscripción automática y el voto voluntario, etc., va a significar un empoderamiento ciudadano mucho más potente que el del gobierno de Bachelet.
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Saludos
Rodrigo González Fernández
Diplomado en "Responsabilidad Social Empresarial" de la ONU
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