La Administración Pública es por excelencia el ejercicio de la función profesional de administrar los Recursos Humanos, los financieros y los materiales. Sin embargo, en la función pública se administran las ideas, los discursos y los conflictos. Así, la administración de las ideas, propias o de los demás, exige al Administrador una actitud de cautela en el traslado de estas ideas a la convivencia cotidiana y en el trato con la personas; también le exige al administrador una gran sensibilidad para el uso de las ideas en el contexto de su aplicación, atendiendo al uso adecuado del lenguaje en sus tres dimensiones de significación, a saberLa dimensión sintáctica, la semántica y la pragmática.
No hay cambio sin rupturas; como tampoco hay partos sin dolor; cambiar duele, pero cuando lo logremos tendremos el tiempo suficiente para cicatrizarnos y seguir cambiando. Pero el cambio más estratégico, el mejor de todos los cambios es el cambio de actitudes; la disciplina para el trabajo con responsabilidad y la actitud para aprender, respetando las diferencias de pensamiento; ésta es la vitamina que requieren las instituciones y las personas para crecer, para dar y para trascender. (Antonio Alanís Huerta. Morelia, Mich., 25 de febrero de 2002.)
Entonces, el Estado debe capacitar a sus funcionarios Públicos.
Rodrigo González Fernández
Diplomado Internacional en Avances Gerenciales en Administración Pública ONU
CEL: 93934521
Santiago- Chile
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